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viernes, agosto 04, 2006

Terraza de verano 11: Lecturas



En verano suelo aprovechar para leer algo más que en las otras épocas del año. Voy leyendo los libros uno tras otro.
Ahora estoy con Travesuras de la niña mala de Mario Vargas Llosa. En esta dirección tenéis el primer capítulo del libro: I Las chilenitas.
Un par de referencias sobre este libro:
- Editorial Alfaguara
- En el blog globalizado, Juan Arellano nos transcribe una entrevista realizada a Mario Vargas Llosa con motivo de la publicación de este libro.






En esta tarde de verano quiero proponerte una lectura pausada y ambientada.

Primero vamos a poner música. He elegido una canción de The Betales: Strawberry Fields Forever. Una canción muy especial marcada por la época, sitúate leyendo este artículo de la Wikipedia sobre ella. Interesantísimo.

Ahora dale al play:
Strawberry Fields Forever

Aquí tienes el comienzo de uno de los capítulos de la novela que describe de una manera magistral una época en Londres: la era hippie. Es el capítulo III: Retratista de caballos en el swinging London

En la segunda mitad de los sesenta, londres desplazó a París como la ciudad de las modas que, partiendo de Europa, se desparramaban por el mundo. La música reemplazó a los libros y a las ideas como centro de atracción de los jóvenes, sobre todo a partir de los Beatles, pero también de Cliff Richard, los Shadows, los Rollin Stones con Mick Jagger y otras bandas y cantantes ingleses, y de los hippies y la revolución psicodélica de los flower children. Como antes a París a hacer la revolución, muchos latinoaméricanos emigraron a Londres a enrolarse en las huestes del cannabis, la música pop y la vida promiscua. Carnaby Street sustituyó a Saint Germain como ombligo del mundo. En Londres nacieron la minifalda, los largos cabellos y los estrafalarios atuendos que consagraron los musicales Hair y Jesus Christ Superstar, la popularización de las drogas, comenzando por la marihuana y terminando por el ácido lisérgico, la fascinación por el espiritualismo hindú, el budismo, la práctica del amor libre, la salida del ropero de los homosexuales y las campañs del orgullo gay, así como un rechazo en bloque del stablishment burgués, no en nombre de la revolución socialista a la que los hippies eran diferentes, sino de un pacifismo hedonista y anárquico, amansado por el amor a la naturaleza y a los animales y una abjuración de la moral tradicional. Ya no fueron los debates de la Mutualité, el Nouveau Roman, refinados cantautores como Leo Ferré o Georges Brassens, ni los cinemas de arte parisino, los puntos de referencia para los jóvenes rebeldes, sino Tragalgar Square y los parques donde, detrás de Vanessa Redgrave y Tariq Alí, se manifestaban contra la guerra de Vietnam entre conciertos multitudinarios de los grandes ídolos y soplidos de hierba colombiana, y con los pubs y las discotecas como símbolos de la nueva cultura que tení a millones de jóvenes de ambos sexos imantados por Londres.

Nota: este artículo también lo puedes leer en hitzez (joomla): La niña mala

1 Commentarios:

Blogger Juan Arellano said...

Gracias por la referencia al blogcito. Saludos.

20/8/06 21:10

 

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